Cuestión de Género

      La raíz de todos los conflictos de género que hoy en día asumimos como lo más natural del mundo, está alimentada por nuestra educación inconscientemente teñida por la creencia de que los polos opuestos se repelen más que atraerse.
      Mis argumentos residen en que, todavía hoy, consideramos la cuestión de la violencia “de género”. ¡Otorgamos el protagonismo al género! Y no a la violencia… Y si lo consideras detenidamente, te darás cuenta que la violencia siempre es la misma: La impotencia por hacerme valer.
      Gandhi decía que la violencia es el miedo a los ideales de los demás, y Asimov que ésta es el último recurso de los incompetentes. Lo ratifico añadiendo que los poderosos de verdad (los que así se sienten) no la usan. Lo sé, porque crecí aprendiendo de las artes marciales…

¿Qué cambiaría en tu ser si cambiase tu sexo?

      Hace muchos años me sentí profundamente identificado con una persona que dio la respuesta más natural y sensata que pudiera imaginar. Se trataba de una mujer (que supuestamente había hecho mucho por las mujeres) a la que entrevistaron: “¿Qué te sientes más: femenina o feminista?” “Me siento más persona” respondió…

      A mi entender la revolución feminista, aunque lógica y necesaria, ha dejado un legado muy similar al del machismo: la separación de géneros, que es el principio de las desigualdades que ha querido combatir. Machismo y feminismo son las dos caras de una misma moneda: el sexismo. Yo prefiero a los seres humanos.

      Curiosamente, cuando pensamos en una persona, una de las primeras etiquetas hace referencia a su sexo. Lo lastimoso es que en el inconsciente se construyan muros en lugar de puentes, y en lugar de realizar un acercamiento empático procurando comprender la fisiología del sexo opuesto; la indolencia culmina en actitudes de apatía o censura.

Curiosa realidad del lenguaje

      Mi relación con lo femenino siempre ha sido íntima, tanto, como si fuese una condición innata. Siempre me he visto rodeado de mujeres, y siempre me he sentido a gusto con ellas.
      A muy temprana edad ya me había seducido el clásico enfoque taoísta que reverencia a la mujer como culminación humana del aspecto femenino universal. La misma filosofía que venera el agua y sus cualidades de suavidad, constancia y adaptabilidad, mucho más poderosas que la mayor fuerza bruta del mundo.

      Usemos estas cualidades femeninas para favorecer la armonía, comprensión y sinergia entre ambos seos. ¡Dejemos de luchar contra el machismo o contra la violencia de género! A fin de cuentas, el propio Gandhi nos recordaba que lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.
      Reconozcamos esto como una regla general en la que todos hemos estado “mal-educados”. Entonces no hace falta educar para el respeto al sexo contrario, sólo hace falta que tratemos a ambos sexos como lo mismo que son: personas, con necesidades distintas,  y  expresiones de polaridades que se complementan.