¿Alguna vez en tu vida has expresado frases similares?
- No tengo tiempo, dinero, fuerza, títulos, etc.
- Si no hubiera pasado tal cosa.
- ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
- ¡Es lo que hay!
- Yo soy así…
- En algún momento u otro, todos hemos tenido una o varias excusas que nos han impedido realizar algo concreto. Independientemente de los hechos, sean reales o de invención, parece que las excusas sirvan para impedir la consecución de cualquier cosa. Y aunque algunas veces nos vienen como “caídas del cielo”, muchas otras perturban nuestras mejores intenciones.
Excusas comunes
- Podríamos escribir una colección entera de libros si tuviéramos que enumerar todas las excusas. Pero al final, todas justifican la situación actual o la “imposibilidad” de realizar algo como se desea.
- Yo las clasifico en seis niveles:
- Catastrofistas: Del tipo El mundo es así o Todo está mal.
- Identificatorias: Es que yo soy así.
- Imposibilidad o dificultad extrema: Es muy difícil, Es imposible que…
- Incapacidad: Me falta voluntad, No sé hacerlo, Nunca he podido, No tengo tiempo ni dinero……
- Inacción: Se me olvidó, No me gusta, Ahora no, Porque no!...
- Culpa ajena: Condición social, Clima, Familia, Mal momento…
- Si lo consideras, te darás cuenta que conducen a la frustración y resignación. Además impiden los cambios necesarios para tu mejora en cualquier aspecto.
- Lo que ocurre es que tienen un gran poder de persuasión, sobretodo, en uno mismo. Esto es debido a que aparecen en el momento oportuno ofreciendo lo que deseamos. Nos seducen prometiendo librarnos de esfuerzos, disgustos, responsabilidades indesedas…
- No es que sean malintencionadas, en realidad existen para protegernos de lo que nos disgusta. Y aunque parezca estúpido o simplista, es así. Son poderosas precisamente por ser inconscientes y darnos algo que queremos. Aparecen sin mostrarse como excusas y se hacen pasar por buenas razones.
- Lo cierto es que las creamos en un proceso racional inconsciente. Por eso las creemos como argumentos válidos para permitir que una situación no mejore. Por eso nos limitan. Y por eso, personas muy racionales e inteligentes tienen verdadera dificultad para distinguirlas. Si fuera un proceso simple, sería fácil desacreditarlas y ya no valdría la pena ni plantearlas.
- Si aceptamos que existen y comprendemos la naturaleza bienintencionada de las excusas junto con su funcionamiento, seremos capaces de diferenciarlas de nuestras verdaderas intenciones y generar cambios que resulten en el éxito deseado.
Conflicto de enfrentamiento a una determinada realidad --> Mecanismo de defensa inconsciente --> Excusa --> Liberación momentánea.
(Si se perpetúa conduce a la resignación y/o frustración).
CONTINUA en la segunda parte: ¿Cómo darnos cuenta? y Soluciones.